El auge de los proyectos DePIN en medio del crecimiento de la IA y las oportunidades de mercado
Las Redes de Infraestructura Física Descentralizadas (DePIN) han experimentado un crecimiento notable en el último año, superando significativamente al mercado de criptomonedas en general, que se duplicó en 2024. Este aumento se puede atribuir en gran medida a la creciente prominencia de la inteligencia artificial (IA) a nivel global. A pesar de esta rápida expansión, DePIN actualmente captura menos del 0.1% de su mercado potencial, que supera el billón de dólares. A medida que las redes descentralizadas continúan superando a las corporaciones centralizadas al ofrecer servicios más rápidos y confiables, las proyecciones sugieren que DePIN podría crecer entre 100 y 1000 veces en la próxima década, según un informe reciente de Messari.
El panorama competitivo de DePIN se está intensificando, particularmente con el auge de Solana y Base, que han estado ganando cuota de mercado. Las soluciones de interoperabilidad como Wormhole y LayerZero están facilitando estrategias multichain para los proyectos DePIN, ampliando así sus bases de usuarios mientras fragmentan la liquidez. Messari señala que el enfoque de Solana en la latencia ha atraído a innovadores a nivel de infraestructura, mientras que la fuerte marca de Coinbase ha atraído a fundadores enfocados en el consumidor a Base. Los capitalistas de riesgo en etapas tempranas están invirtiendo fuertemente en DePIN, con financiamiento pre-semilla y semilla superando las rondas de Serie A, lo que indica un interés robusto en este sector.
De cara al futuro, DePIN está preparado para un mayor crecimiento, especialmente en 2025, ya que la claridad regulatoria podría eliminar barreras significativas para inversores e innovadores. Pantera Capital y Grayscale Research han destacado ambos a DePIN como un área de enfoque crítica, siendo este último incluido en su lista de las 20 principales inversiones en criptomonedas. Además, los gobiernos locales están utilizando cada vez más DePIN para abordar desafíos de infraestructura, como mejorar la soberanía de la IA en Tanzania y abordar la brecha digital en México, lo que no solo resuena con los votantes, sino que también ayuda a asegurar victorias electorales.