El auge de las redes de infraestructura física descentralizada y el compromiso del consumidor
En 2013, se fundó Helium para crear una infraestructura inalámbrica que pudiera apoyar la creciente industria del Internet de las Cosas (IoT). Para 2018, la empresa se orientó hacia un modelo de red inalámbrica descentralizada, permitiendo que dispositivos de todo el mundo se conectaran a Internet sin depender de sistemas satelitales tradicionales que consumen mucha energía o planes celulares costosos. Utilizando incentivos de tokens, la red de Helium se expandió rápidamente, contando con más de 375,000 puntos de acceso y estableciéndose como la red de área amplia de largo alcance (LoRaWAN) más grande y la red celular de más rápido crecimiento. Este enfoque innovador ha inspirado más de 1,400 proyectos de Infraestructura Física Descentralizada (DePIN), valorados en más de 53 mil millones de dólares, demostrando el potencial de la tecnología blockchain para crear valor en el mundo real a través de sistemas descentralizados.
Los consumidores juegan un papel crucial en el ecosistema DePIN, actuando como la columna vertebral de suministro para diversas redes a cambio de recompensas en tokens. Estas redes se pueden clasificar en redes de recursos físicos, que incentivan a los consumidores a contribuir a la infraestructura del mundo real, y redes de recursos digitales, donde los consumidores ayudan a construir infraestructura virtual. Por ejemplo, las redes de energía descentralizadas dependen de los consumidores para conectar recursos energéticos distribuidos como paneles solares, mientras que los proyectos de mapeo descentralizados aprovechan el hardware de consumo para recopilar datos de ubicación. Además, los consumidores pueden contribuir con su poder de cómputo y ancho de banda a plataformas de computación descentralizadas, mejorando las capacidades de las aplicaciones de IA y aprendizaje automático.
A medida que los proyectos DePIN evolucionan, generan cada vez más ingresos y atraen la demanda de los consumidores. Al aprovechar los mercados de consumidores y ofrecer productos directos al consumidor, estos proyectos pueden optimizar la adquisición de clientes y mejorar el compromiso del usuario. El modelo DePIN no solo incentiva nuevos comportamientos del consumidor, sino que también acelera la adopción de los existentes, particularmente en el sector energético. A medida que estas redes crecen, desbloquean nuevas aplicaciones y servicios, creando un efecto de rueda voladora que atrae a desarrolladores y aumenta la adopción por parte de los consumidores. En general, la intersección entre los consumidores y DePIN está allanando el camino para soluciones innovadoras y un futuro más descentralizado.