La liberación de Julian Assange despierta el debate sobre la libertad de prensa y la censura
Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, se dirigió recientemente a los legisladores europeos tras su liberación, afirmando que Estados Unidos lo obligó a declararse culpable de hacer periodismo. Después de pasar 14 años detenido, Assange declaró que eligió “la libertad sobre una justicia inalcanzable”. Hizo hincapié en las crecientes amenazas a los periodistas y editores, instando a los legisladores a implementar medidas para proteger a los denunciantes y periodistas de una persecución injusta y represalias gubernamentales. El caso de Assange ha generado un amplio debate sobre el estado de la libertad de prensa y las implicaciones de las acciones gubernamentales contra aquellos que exponen malas conductas.
El viaje de Assange comenzó con la fundación de WikiLeaks, que se hizo famoso por publicar documentos clasificados, incluida una publicación en 2010 de imágenes que mostraban un ataque de un helicóptero militar estadounidense a civiles. Sus problemas legales se intensificaron cuando enfrentó cargos de agresión sexual en Suecia, los cuales negó. En 2019, fue arrestado en Londres bajo una solicitud de extradición de Estados Unidos por espionaje. Muchos defensores de la libertad de expresión, incluido un panel de las Naciones Unidas, han calificado su detención como arbitraria, planteando preocupaciones sobre la criminalización del periodismo y el deterioro de las libertades de prensa en todo el mundo. La tendencia alarmante de arrestar a periodistas bajo pretextos de seguridad nacional continúa creciendo, con un número récord de arrestos reportados en 2023.
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